lunes, 21 de marzo de 2011

Yo quisiera

Yo quisiera poder dar lo mejor que me enseñaron. Es más, yo quisiera poder ser lo mejor de él y lo mejor de ella. Y con eso ser la mejor para ti. La única, eso es cierto, pero también quisiera ser la mejor. Y no sé si es y ratos desespero. Pero lo intento, de veras que lo intento. Tomo deciosiones con ese pensamiento. A veces el único y quizás me precipito. Y tal vez algún día lo lamente, pero...

¿Sabes? Yo a él apenas lo veía en casa. Entre semana era casi como si no existiera. Y sé que era así por nosotros. Por nuestro bien. Por poder darnos todo. Pero a ratos no puedo dejar de pensar que al fin y al cabo no estaba, que quizás hubiéramos vivido mejor con menos de aquéllo y más de él. No sé si me entiendes, al menos no lo creo de momento. Yo tampoco sabía mucho entonces, yo tampoco sabía mucho hasta que de ser hache me convertí en eme. Ya ves. Pero siendo hache sólo sé que le echaba tanto de menos que por querer compartir compartí aficiones. Ese juego del balón, ¿entiendes? Y por ser más divertida la rivalidad discutida, rivalizamos en equipos tan enemigos, tan íntimos. Y ganamos con el acuerdo, te explico. Si ganan porque ganan, si pierden porque el otro gana, lo mirases como lo mirases, ganábamos los dos, siempre ganábamos los dos. Y lo echo de menos todos los días, aún.

Y por cosas así entendí lo imprescindible de ser padre. También así quiero yo ser para ti.

Ella trabajaba también. Aunque empezó algo tarde, incluso mi mala memoria me devuelve imágenes de sus eternas horas de estudio para la oposición de turno. Pero estaba allí cuando acababa el cole. Y antes de empezar le cantaba los temas a mi hermano, tan chiquito quizás como tú ahora mismo y yo apenas un bebé. Y él, siempre tan listo, decía que su madre le contaba unos cuentos muy raros. Ella reía, imagino, y le decía que de esos cuentos dependía su futuro. Quizás por eso el siempre ha sido el más inteligente. Pues yo quiero ser así también. Por poder tener un futuro que ofrecerte que no dependa más que de nosotras dos, sí, pero también quiero poder estar ahí. Al levantarnos ser lo primero que veas. Y llevarte al cole. Y buscarte a la salida para verte sonreír. Quiero poder estar cuando llores, también, si es poco mejor, oye. Quiero poder estar para enseñarte todo lo que aún voy descubriendo yo. Para abrazarte cuando haga falta también hay que estar.

Así quiero yo, también, ser para ti.

Lo peor es que no entiendo que nadie quiera entender algo así. Que me acusen de elegirte, ¿sabes? Y que me nieguen oportunidad. No entinedo que no me entiendan salvo las que ya han sido madres. No entiendo que me acusen de querer ser la mejor. No entiendo el hacerme renunciar. Y es que sólo quiero ser lo mejor que pueda ser y aún así me han tachado de falta de ambición, de renuncia, de desidia... parece que no basta con querer ser lo mejor que puedo ser.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosa Maluz, hermosa mujer, sentimientos a flor de piel. Hermosos.

Desde aquí mi admiración y apoyo. Lo lograrás, pero dale tiempo al tiempo.

E de C.

Anónimo dijo...

wau...muy bueno

Maluz dijo...

Gracias!!