Estabas a mi lado cuando cerré los ojos.
Al abrirlos te habías ido. No volverás.
Y vagué.
No puedo decir con total seguridad
si fueron años o días, pero vagué
una eternidad.
Ya nunca cierro los ojos.
Ya nunca busco, me da miedo encontrar.
Ya ves.
Sólo se puede perder lo que se tiene.
Y al solo se le cae el acento, solamente.
Ya solo yo. Sola.
¿Te has parado a escuchar?
Esa caracola quiere hablarte.
Sonríes.
Dicen que oyes el mar.
Pero tú sólo oyes los gritos del silencio
que se ahoga.
Pobre legado, amasijo de palabras rotas.
Muchos abrazos tratando de compensar.
Y arena mojada.
1 comentario:
Feliz cumpleaños, Maluz.
Para las palabras rotas, imedio. Si quieres que duren más, loctite. Si lo que quieres es que duren una eternidad pégalas con sueños llenos de ilusión. Pero no las dejes rotas. Desaz el amasijo, ponlas en orden, y saldrá un nombre que te espera.
No estoy del todo de acuerdo contigo. No puedes perder lo que no tienes, sí; pero también te puedes perder algo bueno por no buscar o por no querer encontrar, que aún sería más triste. Por eso, siempre empezar. Empezar cada día, cada mañana, cada despertar.
D.
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