domingo, 18 de septiembre de 2011

En otra piel


Que las noches se me quedan cortas entre lo que hago y lo que dejo de hacer no es nuevo por mucho que la luna salga menos de lo que solía. Y los días en la casa a medias mendigan caricias, claman por besos. Y esta vez no siendo tú quien eras, no siendo yo quien debo ser, me encontré un colchón viudo como las lentejas sin chorizo. Ya sabes, no viene mal un poco de cariño. Tus palabras y otro cuerpo. Por eso tuve que cerrar los ojos y dejar de ser. A mi cactus le han robado las espinas. A la cueva a verlas crecer.


2 comentarios:

Juancho dijo...

Preciosa entrada =D

Cada uno necesita lo que otros no le quieren dar... Aunque, a veces, esto no siempre se cumple =P

¡Un beso!

Anónimo dijo...

Y cariño hay tras una mirada, una sonrisa, un guiño, una palabra, un silencio.
Cariño a raudales en una frase, en un correo, en una despedida, en un... me...
D.