A ratos me decías que me querías.
Menos mal que no te creía.
¿Para qué las mentiras
si cuando las decías
siempre tenías que apartar tu mirar?
¿Para qué las verdades a medias?
¿Para qué insolente engaño?
¿Y las excusas fingidas y afligidas?
¿Para qué los juramentos?
¿Y el sin vivir sin amor
o el morir viviendo?
A ratos me decías que me querías.
A ratos yo me reía.
Y hoy llevo un saco roto,
llenito de falsas palabras,
llenito de falsas bondades,
Lo prendí en la solapa
de mi traje indiferente.
El de pasear de la mano.
Pero al desnudarme, ya en casa.
Y a pesar de los pesares.
A ratos, sólo a ratos.
Añoro tus medias verdades.
Menos mal que no te creía.
¿Para qué las mentiras
si cuando las decías
siempre tenías que apartar tu mirar?
¿Para qué las verdades a medias?
¿Para qué insolente engaño?
¿Y las excusas fingidas y afligidas?
¿Para qué los juramentos?
¿Y el sin vivir sin amor
o el morir viviendo?
A ratos me decías que me querías.
A ratos yo me reía.
Y hoy llevo un saco roto,
llenito de falsas palabras,
llenito de falsas bondades,
Lo prendí en la solapa
de mi traje indiferente.
El de pasear de la mano.
Pero al desnudarme, ya en casa.
Y a pesar de los pesares.
A ratos, sólo a ratos.
Añoro tus medias verdades.
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