Porque dentro también puede florecer la primavera.
Y abrirse cuando yo me abro.
Regalar aroma. Mi aroma.
Rifar el amor temporero que nos acerca a la felicidad
del instante infinito que osa hablar de eternidad,
subido a mi espalda de nubes preñadas
de lágrimas de limpiar cielos contaminados…
Me has arrancado las sonrisas de raíz
y poco importa que no seas para mí,
ni yo para ti, cuando somos uno a lomos de un colchón.
Poco importa que el mañana sea un espejismo de vapores,
un brindis con la copa de nuestros sudores
si ahora mismo tú estás conmigo.
1 comentario:
eso mismo pense yo... pero queria mas queria mas(cuanto tiempo hace ya)
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